LOS ENTENDIDOS (parte 1)

12.02.2014 21:19

Ruego a los que hoyen y leen que no se desconcierten por estas des gracias; que sucederán, piensen antes bien que estos castigos buscan no la destrucción si no la educación de nuestra raza. Ya como castigo para los pueblos de la tierra, ya como gracia, Él los envía. Para hacer justicia al huérfano, al vejado: ¡cese de dar terror el hombre salido de la tierra!  Conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres enseña su sendero. Para que pusieran en Dios su confianza, no olvidaran las hazañas de Dios, y sus mandamientos observaran;  para que no fueran, lo mismo que sus padres, una generación rebelde y revoltosa, generación de corazón voluble y de espíritu desleal a Dios. Abandonaron a Yahveh, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron a otros dioses de los pueblos de alrededor; se postraron ante ellos, irritaron a Yahveh; y cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come heno. Y todavía continúan pecando: se han hecho imágenes fundidas, con su plata, ídolos de su invención: ¡obra de artesanos todo ello! ¡Con ellos hablan los que sacrifican hombres que envían besos a becerros! Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahveh tu Dios y por causa de estas abominaciones desaloja Yahveh tu Dios a esas naciones delante de ti. Sino que todos los que cometan una de estas abominaciones, ésos serán exterminados de en medio de su pueblo. Para que no os enseñen a imitar todas esas abominaciones que ellos hacían en honor de sus dioses: ¡pecaríais contra Yahveh vuestro Dios! Arrepiéntete, pues; si no, iré pronto donde ti y lucharé contra ésos con la espada de mi boca. Ahora, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres; dad la mano a Yahveh, venid a su santuario, que él ha santificado para siempre; servid a Yahveh, vuestro Dios, y se apartará de vosotros el furor de su ira. Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Yahveh es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. si tú escuchas la voz de Yahveh tu Dios guardando sus mandamientos y sus preceptos, lo que está escrito en el libro de esta Ley, si te conviertes a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean.